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Dietas para estudiar

Cursar una carrera universitaria requiere de una dedicación especial a los estudios, a la lectura y exige mayor concentración, especialmente en horas de clase donde se resuelven problemas de cualquier disciplina científica, pues hay que tener todos los sentidos en alerta para no perderse ningún procedimiento o recomendación.

Para rendir más, superar exámenes, exposiciones y responder a las exigencias intelectuales de la universidad, lo mejor es llevar una buena dieta que brinde nutrientes y favorezca la concentración y la capacidad de respuesta del cerebro.

La primera recomendación es prestar atención a lo que ingieres a lo largo de toda la semana y en cada una de las comidas principales: desayunos, almuerzos y cenas, así como las dos meriendas sanas recomendadas de las cuales hablaremos más adelante. Cuando residas en nuestra Residencia Universitaria en Madrid, no tendrás que preocuparte por la dieta que lleves. Nosotros lo haremos por ti, gracias a un menú equilibrado y pensado para que no te falte ninguno de los nutrientes necesarios. Si tienes necesidades especiales, las atenderemos con un menú específico para ti.

Consumir alimentos de los tres grupos principales

Aquí podrás encontrar...

Existen algunas dietas para estudiar que se centran en los tres grupos principales que deben componer los menús de las comidas diarias, las cuales se consideran ideales para este tipo de actividad intelectual, y que son las proteínas (procedentes de fuente animal como pollo, carne de vacuno o pescados), los carbohidratos, que una vez en el organismo se convierten en azúcares (como los panes, pastas, papas, entre otros), y las ensaladas o vegetales cocidos, además de las frutas como postre para complementar el menú. La proporción de cada uno de estos grupos está calculada para cumplir con los requerimientos de 2.421 kilocalorías diarias para poder responder a las exigencias del día a día. Si se requiere mayor concentración, como en el caso de que vayas a estudiar por varias horas, debes aumentar la cantidad de carbohidratos y de proteínas, y en las meriendas, consumir frutos secos, yogures, panes de fibra que te proporcionan los azúcares esenciales para el funcionamiento del cerebro.

Hacer todas las comidas es fundamental para el funcionamiento del cerebro

Otra recomendación a tomar en cuenta a pie juntillas es no saltarse ninguna comida principal, y especial atención se debe prestar al desayuno, el cual debe tener cuatro o cinco componentes de los tres grupos de alimentos, como leche, queso, cereales integrales, huevo, yogurt, panes integrales, alguna verdura como tomate, cebolla, y, casi que de consumo obligatorio, alguna fruta, preferiblemente cítrica, ya sea entera o en jugo, y té o agua. Dietas recomendadas para estudiantes con alta exigencia intelectualLa mejor manera de mantener el cerebro activo y protegerlo a lo largo de los años, es proporcionándole buenos desayunos y completos, pues dependiendo de esta comida tendremos la capacidad de respuesta adecuada, estaremos alerta en las horas de clase y estaremos más activos a lo largo del día.

A la hora de la merienda, un bocadillo puede ayudarte con las ganas de comer algo, ya sea a media mañana o entre el almuerzo y la cena, y puede ser una fruta, entera o en jugo, un puñado de frutos secos o una barra de chocolate oscuro bajo en azúcar, la cual te estimulará el cerebro y te mantendrá alerta, también puede ser un sándwich de vegetales con un té.

Para el almuerzo, la recomendación es esencialmente la misma que para el desayuno con respecto a los grupos presentes en el menú, y que debe estar integrado por siete componentes: sopa, proteínas, acompañante de carbohidratos, vegetales crudos o cocidos, pan, fruta y jugo de fruta.
Procura hacer meriendas que te ayuden a llegar sin tanta hambre a la comida principal
Las meriendas entre el almuerzo y la cena deben contener grasas saludables provenientes de las nueces, manís o almendras, y los carbohidratos que contienen las barras energéticas bajas en azúcar.

Para la cena, es más importante la calidad de los alimentos en menor proporción, pues durante la noche se consume menos energía, y lo recomendable es no irse a la cama demasiado llenos para evitar insomnio ocasionado por una digestión pesada o un empacho.

La cena debe tener seis componentes: proteína, acompañante, ensalada, jugo, pan y postre.

Las dietas para estudiar deben contener alimentos ricos en fibra, minerales, proteínas, grasas y azúcares esenciales para el funcionamiento del cerebro. Potasio, magnesio y ácido fólico, ayudan a la memoria, y están presentes en verduras y hortalizas.

Hazte evaluaciones médicas periódicamente

Periódicamente, el estudiante debe hacerse chequeos médicos para evaluar su salud, y especialmente considerar la asesoría de un dietista o nutricionista, en caso de que tenga dudas sobre su alimentación, pues parte del éxito en la carrera, depende de la capacidad de respuesta que tenga física, mental y emocionalmente.

Por lo general, las universidades tienen servicios médicos gratuitos que incluyen un especialista en nutrición. Estos servicios incluyen el diseño de dietas para estudiar y hacer seguimiento a los casos que registren y que requieran supervisión.

Seguir los consejos mencionados puede ayudarte a llevar una vida sana y tener un buen rendimiento académico.

Si vives en una residencia universitaria debes velar por la variedad de los menús, por la frescura de los alimentos, por completar el requerimiento calórico diario y por adquirir lo necesario para cumplir todas las comidas principales y las meriendas.

Asimismo, debes invertir en la compra de ingredientes de calidad, como aceite de oliva, frutos secos, frutas, cacao, chocolate amargo, entre otros. Mantente satisfecho y bien alimentado, pues el cerebro consume 20% de la energía que aportamos al cuerpo.

Evita el consumo de refrescos, bollería, dulces, galletas, helados, alimentos refinados, alcohol, cigarrillos, café, entre otros, y aumenta la ingesta de agua. Trata de tomar ochos vasos de agua durante todo el día, pues el cerebro requiere estar hidratado para cumplir cabalmente sus funciones.

Hacer ejercicios también ayuda a mantener la mente sana y a activar la función cerebral. Según algunos estudios, realizar caminatas matutinas periódicamente, o practicar cualquier otra disciplina deportiva diariamente, aumenta el número de mitocondrias las cuales proporcionan energía a lascélulas, tanto de los músculos como de las neuronas, y reduce la fatiga física y el cansancio mental.

Haz de la lectura un hábito; y si los temas que lees son diferentes a los que exige la carrera que cursas, estarás cultivando otras disciplinas y áreas del conocimiento, lo que te dará agilidad mental, aumentará tu vocabulario y sentirás que tienes mejor capacidad de respuesta y de hacer intervenciones en clase, al tiempo que aumentarás tus conocimientos y tu seguridad en ti mismo.

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