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5 alimentos que ayudan a mejorar tu memoria

Todo lo que comemos tiene influencia positiva y negativa sobre nuestro cerebro. Existen alimentos para mejorar la memoria y otros que pueden causar una merma en la capacidad de análisis de información. De hecho, estudios clínicos han conseguido relacionar el deterioro de las funciones cognitivas con diferentes trastornos alimenticios.

El cerebro consume el 20% de la energía que ingerimos diariamente. La principal fuente de energía que necesita es la glucosa, que se obtiene al consumir alimentos ricos en carbohidratos. La falta de nutrientes puede causar alteraciones cognitivas como pérdida de memoria y dificultad de concentración.

La clave se encuentra en el equilibrio. Nuestra recomendación para todos los estudiantes que hacen vida en nuestra residencia universitaria Madrid, es adoptar un régimen alimenticio saludable, que incluya variedad de aquellos alimentos para mejorar la memoria que listaremos a continuación:

  1. Chocolate negro

    Aquí podrás encontrar...

El chocolate negro es una fuente de antioxidantes y resulta ideal para las personas olvidadizas. Por supuesto, no cualquier chocolate funciona, ya que la gran mayoría de las marcas disponibles en el mercado tienen una concentración baja de cacao y alta en grasas, azúcares y conservantes. Lo que debes hacer es mirar bien la etiqueta antes de comprar.

Tendrás que elegir un chocolate cuyo porcentaje de cacao sea igual o superior al 70%, dando preferencia a las barras de chocolate sin azucares añadidos o saborizantes artificiales. Notarás que el chocolate con esta concentración de cacao es un tanto amargo, pero si realmente deseas aprovechar sus beneficios tendrás que acostumbrarte a su sabor.

  1. Pescado azul

Las sardinas y el salmón sirven como alimentos para mejorar la memoria debido a que son ricos en ácidos grasos Omega-3, los cuales son indispensables para el buen funcionamiento del cerebro, ayudando a reforzar las redes neuronales. De hecho, además de mejorar nuestra memoria, previenen el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la demencia.

También tienen un contenido elevado de fósforo, mineral positivo para el desarrollo de las capacidades cognitivas. Se recomiendan dos o tres raciones por semana si deseamos un mayor rendimiento cognitivo y proteger nuestro cerebro, incrementar la memoria y la capacidad para solucionar problemas lógicos por medio del pensamiento abstracto.

  1. Verduras de hojas verdes

La col rizada, espinacas y otras de hojas color verde son esenciales parea el buen funcionamiento del cerebro por su alto contenido en vitaminas A, C y E, necesarias para evitar el deterioro de las funciones cognitivas. Por su parte, el brócoli tiene vitamina K en abundancia, la cual colabora en la retención de información en la memoria.

Las frutas también son indispensables, pues son fuente de beta carotenos y minerales como el potasio, magnesio. La dieta de un estudiante debería ser rica en frutas, legumbres y verduras para garantizar el flujo de nutrientes hacia el cerebro a lo largo del día, lo cual resulta útil para mantener las funciones cognitivas.

  1. Carne roja

De las carnes rojas, además de proteínas se obtiene vitamina B 12, la cual interviene en diferentes funciones que mantienen el cerebro en funcionamiento. Entre los beneficios se encuentra un incremento en la capacidad de retener información en nuestra memoria a largo plazo y la posibilidad de concentrarnos en las tareas diarias con mayor facilidad.

Además, junto a otras vitaminas del grupo B, son necesarias para la regulación del estado de ánimo, interviniendo en la formación de neurotransmisores como la dopamina, involucrada en la generación de estados de placer, felicidad o satisfacción. Con bajos niveles de dopamina, la capacidad cognitiva de una persona se verá disminuida, así que te conviene ingerir carnes rojas.

  1. Agua

El cerebro necesita líquidos. Considerando que el cuerpo humano se compone en un 70% de agua, la deshidratación resulta fatal para el cerebro, pues favorece el cansancio mental, dificulta la capacidad de análisis, concentración y retención de información. Tendrás que tomar al menos 8 vasos de agua a lo largo del día.

Si quieres variedad, puedes ingerir infusiones, caldos y zumos naturales, siempre que estos sean bajos en azúcar añadida. Todo esto será bueno para la actividad mental y para el buen funcionamiento del resto de los órganos. DE no tomar suficiente agua durante el día, notarás una fatiga mental considerable e incluso, fuertes dolores de cabeza.

¿Cómo debería ser la dieta de un estudiante universitario?

Además de incluir en nuestra dieta todos los alimentos para mejorar la memoria que se mencionaron en líneas anteriores, también es necesario desarrollar hábitos alimenticios saludables, especialmente a lo largo de la etapa universitaria, donde se absorbe una cantidad enorme de conocimientos necesarios para el desarrollo de la futura vida profesional.

La dieta de un estudiante universitario debería incluir algunos elementos básicos, como por ejemplo:

  • Evitar la comida chatarra. Ciertamente, a todos nos encantan las hamburguesas y algunas otras comidas no tan saludables y de vez en cuando podemos disfrutar de ellas, pero no volverlas parte de nuestra rutina cotidiana, pues nos ofrecen calorías huecas y muy poca concentración de nutrientes.
  • Desayunar todos los días. Un error común en los estudiantes es saltarse el desayuno y la consecuencia directa de este mal hábito será una disminución en la capacidad de concentración y conducir a dolores de cabeza o migrañas.
  • Evitar el tabaco y el alcohol. Si bien ambas sustancias se usan a modo recreativo, la realidad es que el abuso de ellas puede perjudicar la salud de las personas, hasta el punto de hacer que sus procesos generales se vuelvan más lentas de lo habitual.
  • Realizar alguna actividad física y descansar. Tanto el descanso como el ejercicio son dos ingredientes indispensables para conservar la salud mental, por lo que se debe en lo posible realizar alguna actividad física de intensidad moderada al menos tres veces por semana y procurar el descanso nocturno apropiado.

Al cuidar todos estos detalles, conseguiremos también una mejora considerable en nuestro estado de ánimo, pensaremos más rápido, tendremos mayor capacidad para memorizar información y es bastante seguro que podremos concentrarnos mejor en todas las actividades diarias, incluyendo las de tipo académico.

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