El Día Escolar de la No Violencia y la Paz, a pesar de ser una práctica social y cultural, también representa un movimiento mundial que inició en España en 1964 con el poeta y pacifista de Mallorca, Llorenç Vidal, cada año se celebra los 30 de enero, en conmemoración por la muerte de uno de los más grandes pacifistas, Mahatma Ghandi, en la comunidad catalana este día se le conoce como DENYP. Este día fue reconocido por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1993.
Sin duda hay muchas personas en el mundo que se identifican con este día, incluso en nuestra residencia de estudiantes en Madrid, rescatamos el mensaje de este día: ‘Amor universal, No-violencia y Paz. El Amor universal es mejor que el egoísmo, la No-violencia es mejor que la violencia y la Paz es mejor que la guerra’.
Actualmente Europa atraviesa problemas que ven amenazadas y ponen a prueba la cultura de paz alcanzada; la oleada de inmigrantes provenientes de África han puesto a los países de la Unión Europea en un estado de alerta. Las amenazas del EI a distintas ciudades europeas y otros conflictos como el de Israel-Palestina, son retos que amenazan la paz, no solo en este continente, sino en todo el mundo.
Cultura de Paz
El 10 de noviembre del año 1998, la Asamblea General de la ONU aprobó la resolución 53/25 declarando el periodo 2001-2010 como el Decenio Internacional de la cultura de paz, promoviendo la no violencia contra los niños en el mundo.
A partir de este decenio, en la que se procuró fortalecer la cultura de paz en muchas partes del mundo se crearon infinidades de organizaciones no gubernamentales que toman cartas en el asunto de la cultura de paz; por ejemplo, se creó Alcaldes por la Paz, quienes llevan largo tiempo promoviendo el desarme nuclear y hoy en día alcanzan una red de hasta 3.880 ciudades alrededor del mundo.
Sin duda la paz y su promoción es una preocupación de todos los seres humanos en todas las latitudes, el hecho de que existan innumerables organizaciones que se dediquen a investigar este tema lo demuestra; en Europa existe una red del Centro de Investigación para la Paz y Educación para la Paz, que cuenta con un sede en Austria; en América Latina existe el Consejo Latinoamericano de Investigación para la Paz (CLAIP) y así como estos, en cada continente existe quienes se interesan en este tema.
Cada uno de estos organismos coincide en que la cultura de paz es un tema que debe estar acompañado del fortalecimiento educativo, del acceso al aprendizaje; sin embargo exponen que otros temas como la comprensión, el respeto a los derechos humanos, la tolerancia deben recibir especial atención.
La cultura de paz no debe ser un movimiento aislado que no atienda los problemas que aquejan a los seres humanos alrededor del mundo; ahora mismo en Siria se está dando, producto de la guerra, el mayor conflicto de venta de personas –esclavos- que haya visto el siglo XXI; esta es una situación de la que ningún grupo, país o Estado que se jacte de practicar la cultura de paz puede obviar, de alguna manera se debe elevar la voz en contra de este flagelo.
La No Violencia
Otro tema importante es la corresponsabilidad que tienen todos los Estados en fomentar la no violencia, respetando el principio de no injerencia en los asuntos de otros Estados, pero respaldados en el documento que recoge las principales ideas de la Asamblea General de 2005, del 24 de octubre de ese año, en donde se expone en su numeral 139, “la comunidad internacional, por medio de las Naciones Unidas, tiene también la responsabilidad de utilizar los medios diplomáticos , humanitarios y otros medios pacíficos apropiados, de conformidad con los Capítulos VI y VIII de la Carta, para ayudar a proteger a las poblaciones del genocidio, los crímenes de guerra, la depuración étnica y los crímenes de lesa humanidad”, expone el informe final de la Sociedad Civil, acerca el Decenio Internacional de Naciones Unidas para una Cultura de Paz y No Violencia.
Revisando un poco las cifras, para 2008 en el mundo al menos 42 millones de personas que fueron desplazadas, 15 millones de ellas estaban en calidad de refugiadas. El país con más personas desplazadas había sido Afganistán, al menos 2,8 millones de afgano encontraron resguardo fuera de su territorio; 1,9 millones de iraquíes habían abandonado para este año su país; 561 mil somalíes se encontraban en la misma situación; 419 sudaneses buscaron resguardo en otro territorio ajeno al suyo; 374 mil colombianos habían abandona su tierra y 368 mil congoleños huyeron de su país, todo para escapar de los conflictos bélicos y políticos de sus naciones y encontrar un poco de estabilidad.
En 1990 se tomó la bandera de iniciar un camino de conquistar una serie de objetivos, al menos hasta el año 2015, en el que se planteaban puntos como la erradicación de la pobreza extrema, el hambre; alcanzar una educación universal; el respeto a las mujeres; disminución en la muerte de menores de 5 años; combatir enfermedades como el VIH, la malaria; cuidar el medio ambiente. Esto con la finalidad de construir una cultura mundial que abone el camino para un porvenir de más tranquilidad para los países y los seres humanos en todo mundo.
Sin duda, hoy que revisamos estos objetivos no han sido cumplidos del todo, se cree que la crisis económica mundial ha retrasado el alcance de todos estos objetivos. Lo que sí está claro es que hoy, más que nunca, se hace imperiosa la consecución de estos objetivos, de cara a un siglo XXI que podría estar plagado de conflictos, o tal vez no, todo depende que los líderes mundiales logren crear los caminos regulares para el entendimiento y la solución que nos aqueja a la raza humana.
Es penoso encontrar que hoy existe una creciente desigualdad económica entre los seres humanos y no se atienda esa situación, simplemente se le obvie. Sin embargo los humanos tienen el poder transformador de la sociedad misma.