La universidad es una época más o menos larga, y más o menos complicada para cada estudiante que se enfrenta a ella, y que, a menudo, lo hace en soledad.
Se trata de vivir nuevas experiencias para completar una formación que has elegido, y que te debe abrir las puertas a otra fase, la vida laboral.
Durante estos años, los altibajos son constantes, y aprovecharse de cualquier ayuda que tengas a mano es la diferencia entre abandonar antes del final, o de completar el camino con éxito.
Una de ellas, el mentoring universitario.
¿Qué es el mentoring universitario?
Aquí podrás encontrar...
Hablamos de un proceso, o más bien de una relación entre un estudiante más experimentado, de cursos superiores, que ya ha pasado por lo que tú estás viviendo ahora, conocido como mentor, que ofrece orientación, consejo y apoyo personalizado a otro estudiante, conocido como mentee.
Como objetivo principal, ayudarle a alcanzar su máximo potencial académico, profesional y personal durante su vida universitaria.
A diferencia de la tutoría tradicional, el mentoring no se centra no solo en el rendimiento académico, sino también en el desarrollo integral de ese estudiante a quien está ayudando, mejorando su autoconfianza, toma de decisiones, establecimiento de metas y desarrollo de habilidades, ya sean sociales como emocionales.
Es importante, porque a veces hay confusión entre qué es y qué no es un mentor.
¿Qué NO es mentoring?
Es fundamental distinguirlo de otras formas de apoyo estudiantil, como la tutoría o el asesoramiento académico.
Mientras que la tutoría se centra principalmente en la mejora del rendimiento académico en una materia específica, el mentoring abarca un enfoque más holístico, ofreciendo un apoyo personalizado para el crecimiento personal, y profesional, del estudiante.
El mentoring tampoco se limita a consejos ocasionales, como puede ser una relación de asesoramiento estudiantil, es un compromiso continuo y constructivo entre el mentor y el mentee.
Beneficios para los estudiantes con mentor
Ya solo contar con el apoyo de alguien que conoce el camino que tienes que recorrer, te da una seguridad enorme, y aumenta tu confianza en esos momentos en los que parece que todo sale mal.
Con eso en mente como beneficio principal, vamos a ver otros que, además, consigues contando con un mentor.
Orientación personalizada
Un mentor ofrece una perspectiva externa y personalizada sobre la vida universitaria, ayudándote a explorar tus intereses, identificar tus fortalezas y áreas de mejora.
Pero igual que tus debilidades, cómo puedes superarlas y que dejen de serlo o, incluso, aprovecharte de ellas, para dar más poder a las fortalezas.
Desarrollo profesional
Un mentor comparte sus experiencias y conocimientos contigo en los campos qué necesitas esa ayuda extra, y en los que te encuentras más perdido.
Proporciona orientación sobre carreras, cuando aún no estás decidido, y de oportunidades de prácticas y consejos para seguir, una vez que ya has iniciado el recorrido.
Red de contactos
Un mentor facilita que consigas esa red de contactos profesionales que empiezan en la universidad, y que duran muchos años más, en la vida laboral
Formar parte de esa red que conecta a estudiantes con profesionales, exalumnos, y otros contactos relevantes, te ponen al alcance de la mano grandes oportunidades de aprendizaje y crecimiento profesional.
Apoyo emocional
Un mentor brinda un espacio seguro, y de confianza, para que expreses tus preocupaciones, ansiedades y desafíos, con libertad y te ofrece ese apoyo emocional, aliento y motivación que necesitas para superar los escollos que te encuentras a diario en la universidad.
Puedes contar con esa persona en quien te puedes desahogar, apoyar y en quien puedes confiar.
Cómo convertirte en mentor
No solo se trata de necesitar ayuda, sino de tener la posibilidad de ofrecer, sobre todo cuando eres consciente de que, con ella, se pueden superar los obstáculos de otro joven que acaba de llegar, y que no sabe ni por donde tirar.
Si cuando pasaste por ello contaste con un mentor, ahora seguro que estás dispuesto a convertirte en uno de ellos, y ofrecer la oportunidad que te dieron a ti.
Claro, que, antes y para estar seguro de que va a funcionar, párate a pensar en cómo, y dónde, puede ser tu ayuda más eficaz.
01.-Identifica tus fortalezas
La mejor forma de saber cómo ayudar, es conocerte y saber en lo que eres realmente bueno.
Reflexiona sobre habilidades, experiencias y conocimientos que puedan ser útiles para otros estudiantes, a la vez que identificas áreas en las que te sientas más cómodo, dando orientación y apoyo.
Cualquier ayuda es más eficaz cuando quien la ofrece se siente cómodo y seguro haciéndolo.
02.-Ofrece tu ayuda
Ya te has decidido, quieres ser mentor, ¡enhorabuena!
El siguiente paso es acercarte a programas de mentoring en tu universidad, o buscar oportunidades para ofrecerte como mentor voluntario.
Expresa tu interés en compartir tus experiencias y ayudar a otros estudiantes a alcanzar sus objetivos, como seguramente lo hicieron contigo.
03.-Establece expectativas claras
Importante, antes de comenzar el proceso de mentoring, comunícate con tu mentee, y deja claro cómo va a ser vuestra relación, se trata de que sea duradera, y poner unas “reglas” al inicio, lo facilita todo.
Dejar claro tus límites de disponibilidad, áreas de conocimiento y experiencia, y el tipo de apoyo que estás dispuesto a ofrecer, es la manera de establecer expectativas realistas y claras para ambas partes.
04.-Escucha de manera activa
Durante todo el tiempo que dure esta relación, debes practicar la escucha activa, y, continuamente, interactuar con tu mentee.
Estate atento a sus necesidades, preocupaciones y metas, y muéstrate, empático y comprensivo mientras trabajáis juntos, para lograr que se enfrente a los desafíos que tiene por delante, y que alcance sus objetivos.
¿Cómo lograr que una mentoría sea un éxito?
Una mentoría efectiva requiere compromiso, comunicación abierta, y un enfoque centrado en el crecimiento y desarrollo del mentee.
Eso, dicho así, asusta, pero puedes seguir estas estrategias una a una, de manera que, el conjunto, consiga el objetivo que ambos teníais al comienzo de esta relación.
01.-Desarrolla un plan de acción
Juntos, mentor y mentee, cread un plan de acción detallado que identifique esas metas de las que te hablamos, específicas, y pasos concretos para lograr el progreso deseado.
Este plan debe servir como una guía durante el proceso de mentoría, y no debéis abandonarlo.
02.-Fomentar la comunicación abierta
La comunicación abierta y honesta es fundamental para una mentoría que funcione.
Ambos, debéis sentiros cómodos expresando ideas, preocupaciones y necesidades, y trabajando para superar cualquier dificultad que surja en el camino.
03. Retroalimentación constructiva
Como mentor, ofrecer retroalimentación honesta, específica y constructiva, que ayude al mentee a identificar áreas de mejora, y desarrollar habilidades clave.
Equilibra con elogios los logros y progresos realizados, es bueno intentar sacar lo bueno, lo que se aprende, de los errores para que no se caiga en el desánimo.
04.-Adaptarse a las necesidades cambiantes
A lo largo del tiempo, las necesidades y circunstancias del mentee pueden cambiar.
Debes estar abierto a adaptar la mentoría según sea necesario para mantener el ritmo, de manera que se consigan superar esos cambios de necesidades y garantizar la continuación de la relación.
¿Cuánto tiempo debe mantenerse una mentoría?
La duración ideal, para que tenga un efecto significativo en el estudiante, depende de varios factores, como los objetivos de la mentoría, las necesidades individuales del estudiante y la naturaleza de la relación mentor-mentee.
Sin embargo, varios estudios y prácticas recomendadas sugieren que una mentoría efectiva generalmente se extiende durante un mínimo de seis meses a un año, para conseguir un impacto significativo en el estudiante.
Una mentoría más corta no cuenta con suficiente tiempo para que se internalicen los consejos y se superen esos miedos con el que comenzasteis.
Por otro lado, una mentoría excesivamente prolongada puede derivar en una dependencia poco saludable del mentor, algo nada aconsejable,
El apoyo continuo después de la mentoría es beneficioso para garantizar que el estudiante mantenga y aplique lo aprendido, a largo plazo.
Tanto ayudar como ser ayudado son fases por las que se pasa en esta época, tan bonita como difícil, de la universidad, más aún cuando estás lejos de casa, y ves que todo a lo que te tienes que enfrentar con personas desconocidas.
Aprovechar el mentoring en la universidad te ayuda a conectar con tus compañeros, conocerlos y comprender que, quienes tienes a tu lado, pueden ayudarte y acompañarte en el camino.