Como alumno universitario sabes que tu preparación y tu formación es continua, por lo cual la era de los exámenes se resuelve con trabajo y dedicación. En especial, aunque te desenvuelvas bien en estas asignaturas y suelas aprobar normalmente las evaluaciones de cada maestro, te daremos unos consejos para sacar aún más provecho a tu tiempo con esquemas para estudiar.
Los alumnos de las residencias universitarias poseen una alta motivación, clave a considerar para entrenarse para los estudios. Además, las residencias aportamos servicios que te ayudan mejorando la calidad y a progresar aún más en tu carrera académica.
Si bien es cierto que el alumno universitario debe tener bajo control todos los contenidos y las evaluaciones, también es cierto que son bastantes los detalles a los que debes prestar atención y por consiguiente ciertos puede ser olvidados. De ahí que, por más atento que estés, has de abordar tus exámenes correctamente con todos los recursos posibles. Para ello, los esquemas de estudio son claves.
Organización en el estudio universitario
Aquí podrás encontrar...
Una de las primeras pautas que se abordan en los talleres y cursos para aprender a estudiar es la organización. Si bien, antes de comenzar esa fase se ha de hacer una introspectiva: conoce cómo estudias, cuándo eres más efectivo, cuáles son los riesgos de perder la concentración o qué asignaturas te cuestan más. Este primer ejercicio será clave para planificar el estudio más eficiente posible.
Una vez sabes cuáles son tus fortalezas y debilidades, toca organizar el tiempo: cuánto dedicar a cada asignatura, cómo planificar la resolución de ejercicios y el estudio de la teoría, en qué momento hacer repasos de lo que ya se ha interiorizado para conocer hasta qué punto se está preparado en esa parte. Aquí, los esquemas para estudiar son vitales: actúan a modo de índice tanto para organizar el estudio como para ayudarte en el repaso.
Haz esquemas para estudiar que te ayuden a recordar
Si eres una persona con buena memoria, o sea, que recuerda bien lo que escucha, te servirá leer en voz alta y repasar los contenidos de modo que escuches tus propias discusiones. Aunque no lo creas, esto te ayuda a razonar lo que estudias.
Si eres más visual, entonces te va a servir usar subrayadores o colores para hacer esquemas o mapas conceptuales en los cuales separes los contenidos y los entiendas uno por uno; además de redactar y reescribir los conceptos, procesos y explicaciones para fijarlos mejor en tu mente.
Remarca y subraya en colores conceptos clave, ideas primordiales y teorías que sean de trascendencia y que debas dominar a la perfección, de forma que recordarlos por los colores te resulte más simple.
Organización recomendada para el estudio:
Una vez hayas conseguido toda esta información, es hora de que organicemos y planifiquemos las horas que dedicaremos todos los días a aprender, averiguar y repasar para elaborar los exámenes.
Esto puede parecer simple, pero no lo es si no tienes ningún hábito de estudio. La iniciativa es ponerse metas viables que puedas consumar, de modo que podamos ir superándolas; notando así el progreso, lo que nos dará más motivación para avanzar con los siguientes objetivos.
Identifica aquel instante del día en el cual tienes mejor concentración y por consiguiente tendrás la posibilidad de aprovechar más.
Algunos alumnos rinden bastante más de noche, por lo cual aprovechan para aprender hasta altas horas de la madrugada; otros, sin embargo, son más eficientes psicológicamente y logran mejor concentración a lo largo de las primeras horas de la mañana. Lo fundamental es no dejar pasar la era y postergar para última hora, una vez que estás más ansioso, para elaborar tus tests y los esquemas para estudiar.
Estar al día en todos los contenidos
A partir de que comienzas el estudio de una materia debes tomar apuntes, concentrándote así en las explicaciones del maestro, tomando nota de los nombres y puntos destacados que existen en el contenido, de forma que expandiremos por nuestra cuenta aquellos contenidos observados en clase. Manteniéndonos así al día y conociendo el temario diario que verás próximamente.
Varias materias, en especial las teóricas, acostumbran ser pesadas de llevar. Debes proponerte seguir un poco todos los días y repartir la carga de la lectura que tengas en cada materia para eludir la fatiga y poder llevar a cabo cada una, de manera que una vez que llegue la fecha de los exámenes no tengas todo aquel material acumulado.
Suma lecturas que refuercen los conocimientos
Los análisis lentos de los contenidos acostumbrarán a ser importantes en relación con casi todos los contenidos observados en clase, o sobre cualquiera que haya sido hablado antes en clase. Haz lecturas en general, después divide los temas y ejecuta lecturas parciales intentando comprender todo.
Una primera lectura te dará una iniciativa general del contenido, la segunda va a servir para que comprendas mejor cada párrafo y cada especificación.
Una vez afianzados con esquemas los conocimientos base, destina parte de tu plan de estudios para los exámenes a profundizar en áreas susceptibles de ser relevantes: te dará un plus a la hora de desarrollar el tema y te diferenciará del resto.
Elimina los elementos que puedan de distraerte
Solemos ponernos más ansiosos y la misma mente nos pone en un aprieto distrayéndonos de nuestro objetivo. Verificar de forma compulsiva las redes sociales, buscar información no relacionada en internet, solucionar asuntos ajenos al estudio, aceptar otros compromisos… Son las principales causas de distracción en universitarios.
Trata de que esto no ocurra, concéntrate plenamente en tu objetivo de leer, aprender, averiguar y repasar. Intuye que este horario para comprobar tus mensajes no es el correcto y prevén distraerte por cualquier causa, escondiendo cualquier elemento que pueda influir negativamente.
Hacer esquemas para estudiar ayuda a la concentración y evitar distracciones de este tipo.
Imagina como puede ser el examen y responde las probables cuestiones.
Constantemente es bueno hacerse una idea inicial de cómo van a ser. Tales cuestiones podrían ser las menos relevantes conforme a la prueba y poseyendo menor trascendencia en la lección. Trata de visualizar cuáles van a ser aquellas cuestiones con más probabilidades de ser parte de las pruebas, ubicándolas en los textos, extrayéndolas y fijándolas en la memoria.
Un día previamente del examen, haz algo de ejercicios; una caminata, trote o rodar en bicicleta te ayudará a despejar la mente y a disponerla para lo cual viene. Ingiere alimentos ligeros, que no te dejen pesado y sometas al cuerpo humano a un trabajo extra de digestión. Descansa y duerme para recuperar energías.
El día del examen, come un desayuno completo, que te mantenga alerta. Trata de tranquilizarte, de mantenerte positivo y de convencerte de que te esforzaste lo suficiente para rendir de la mejor forma. Al final, cuando entregues el examen, te darás cuenta que todo ese trabajo con los esquemas para estudiar mereció la pena.