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Cómo administrar tus finanzas cuando eres estudiante universitario

Muy pocas veces los estudiantes universitarios asocian sus actividades académicas con palabras como ahorro, finanzas o previsión económica, pues a esa edad, muchos jóvenes disfrutan de la manutención por parte de sus padres y no consideran con mucha seriedad el tema de evitar gastos superfluos o de excederse en sus consumos. En general nuestros residentes forman parte de ese grupo, en nuestra Residencia Universitaria, suelen ser los padres los que corren con los gastos. En ocasiones las familias deciden “incentivar” a sus hijos en el ahorro e involucrar a estos en la gestión de los costes.

Sin embargo, al estudiar una carrera universitaria, parte del presupuesto familiar está destinado al pago de la residencia, aranceles académicos, libros, fotocopias, pasajes, bolsos, zapatos, ropa y hasta recreación y vida social, asociadas estas últimas con la conformación de grupos de estudio o de salidas a divertirse, aspectos que siempre requieren del apoyo financiero de los padres.

Pero, si tu interés es gastar menos y ahorrar parte de lo que te dan como apoyo económico, te ofrecemos una lista que puedes revisar de vez en cuando para ajustar tus cuentas, llevar al día tus finanzas estudiantiles, ser el mejor exponente de “quien guarda siempre tiene”, y, por qué no, al graduarte llegar a tener un capital que genere intereses y sirva de base para tus acciones futuras como profesional.

Un aliado bancario y una lista de pagos te servirán para empezar

Aquí podrás encontrar...

Lo primero que debes considerar es buscar orientación sobre las mejores opciones bancarias para mantener tu dinero en una cuenta, cuál te ofrece mayores intereses y qué ventajas ofrece en cuanto a facilidad a la hora de depositar o retirar dinero.

En este punto es bueno tener en cuenta que puedes hacerte de una tarjeta de crédito, medio de pago que te saca de apuros pero que a la vez puede representar un riesgo económico si te excedes en gastos que luego no puedes pagar por falta de capacidad financiera. Las tarjetas de crédito deben usarse con mesura, criterio de compromiso y responsabilidad en las fechas límite de pago, a fin de evitar el cargo de intereses por mora o la suspensión de su uso, con lo cual entrarías en la lista negra de la confianza crediticia bancaria.

Haz una lista con los pagos programados por mes (alquiler, servicios, pasajes, fotocopias, entre otros), incluyendo la cantidad que piensas destinar al ahorro, a fin de disponer periódicamente de un monto de dinero, del cual te debes olvidar para no tocarlo bajo ninguna circunstancia, pues solo con voluntad férrea podrás tener una suma al cabo de algunos meses. En esta lista debes incluir los viajes que tengas programados para visitar a tus padres, si los piensas hacerlos mensualmente, trimestralmente, en vacaciones de verano, Semana Santa, cumpleaños o Navidad.

Registra los gastos, ya sean fijos o no, y evalúa regularmente a qué estás destinando el dinero; considera que si hiciste algún gasto oneroso e innecesario, debes contenerte la próxima vez que te veas tentado a desembolsar efectivo.

Cuida tus finanzas estudiantiles

No comprometas tus finanzas estudiantiles, ten siempre presente que tu meta es graduarte, y que, aunque estés en una residencia en Madrid, o en cualquier otra ciudad, si dependes de tus padres, lo más considerado es centrarte en la meta sin que las tentaciones de gastar innecesariamente te lleven a tomar decisiones de las que luego debas arrepentirte.

Busca desempeñar algún trabajo de tiempo parcial, ya sea dentro o fuera de tu campus universitario, que no interfiera con tus horas de clase, de estudio ni de descanso. Una entrada extra nunca estaría de más y te ayudaría a aumentar tu capacidad de ahorro, y, en consecuencia a aumentar los intereses.

Comer en la calle implica mayores gastosCómo administrar tus finanzas cuando eres estudiante universitario

Evita hacer comidas en la calle, pues siempre son más costosas que hacerlas en tu propia residencia. Si compartes tu vivienda con otros compañeros, trata de dividir los gastos en comida, consensuar menús con todos los grupos de alimentos que satisfagan las necesidades de calorías diarias y ponte límites a la hora de comprar productos que no aporten nada nutricionalmente, pero que te disminuyen las finanzas estudiantiles.

En este tema también cabe la sugerencia de descartar el consumo de cafés y meriendas, y de hacerlo esporádicamente, cuando quieras premiarte por el alcance de una meta, consentirte o celebrar alguna ocasión especial con tus amigos.

Es cierto que la vida del universitario no es solo estudiar, de vez en cuando surgen salidas al cine, teatro o a comer un helado; trata de no decir que sí a todas las invitaciones y prioriza las que sean para ti más importantes, como cumpleaños ola celebración del éxito en un examen o entrega.

En cuanto a las salidas nocturnas, éstas siempre implican el consumo de bebidas alcohólicas en sitios ostentosos, procura evitarlas, pues de esa manera estarías enviando el dinero a un desaguadero. Estima que cada salida de noche implica el pago de transporte (ida y vuelta por lo general en taxi), de bebidas, cigarrillos, que te dejarán la resaca del alcohol y la resaca moral.

Busca tarifas económicas de conexión

7 aplicaciones para universitarios

En lo que respecta a los pagos de conexión a Internet y de telefonía celular, adquiere planes ajustados a tu tiempo: busca tener el plan que te dé más ventajas por menos dinero. Existen tarifas preferenciales para estudiantes universitarios, compra el que mejor se adapte a tus requerimientos; igualmente debes examinar el plan de conectividad para tu residencia, no gastes en planes excesivos si no los usarás al máximo. Sobre los servicios de televisión por cable, no compres paquetes de lujo si vas a estar fuera de tu residencia la mayoría del tiempo, busca un plan económico que te sirva para el entretenimiento y que puedas aprovechar de la mejor manera.

Uno de los gastos que pocas veces se considera es el de ropa y calzado; sin embargo, cursar estudios universitarios requiere de usar y cambiar la indumentaria prácticamente todos los días, durante cinco o seis años, lo que desgasta y obliga a reponer el inventario del armario; igual aplica para el calzado, el cual debe responder a las exigencias de las actividades que realices, considerando, además, los requerimientos de la vestimenta adecuada para las salidas de campo (si es el caso); y, si incluyes en tu rutina diaria hacer ejercicios, debes gastar en calzado y ropa deportiva. Sé cuidadoso con todas las prendas de vestir que tengas y extiéndeles el tiempo de vida útil.

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