¿Todo el mundo va a prácticas menos tú? ¡Cero agobios!
Empezar a escuchar que todos tus compañeros ya tienen prácticas mientras tú sigues sin saber dónde acabarás agobia, sin duda. La comparación se cuela casi sin que te des cuenta: “¿Y si me quedo atrás?”, “¿y si no encuentro nada?”, “¿y si me cierra puertas después?”.
Tranquilo, no eres el único a quien todo eso le ronda la cabeza y a quien le parece que todos avanzan más rápido, pero eso no significa que lo estés haciendo mal.
Lo más importante es saber cómo gestionar esa presión, y a eso es a lo que te queremos ayudar.
La presión de que otros sí (y tú no)
Es una de las sensaciones más incómodas de la universidad: mirar alrededor y sentir que todo el mundo ya ha encontrado prácticas y tú sigues sin ellas. Lo escuchas en los pasillos, en los grupos de clase, en la cafetería … y de golpe parece que tu valor como estudiante depende de tener o no tener prácticas.
Pero esa presión no viene solo de fuera. También nos la imponemos nosotros mismos. Nos comparamos, nos exigimos tanto que empezamos a dudar de nuestras capacidades.
La realidad es que el ritmo de cada uno es distinto.
Hay quien tiene contactos o suerte en el momento justo, y hay quien necesita más tiempo para encontrar una oportunidad que de verdad encaje con lo que busca.
Ninguna de las dos opciones está mal.
De hecho, pararse a elegir bien es la gran ventaja, porque aceptar la primera oferta “por no quedarte atrás” lleva a experiencias poco provechosas o incluso frustrantes.
Recuerda: No se trata de correr, sino de crear un camino que te sirva de verdad.

Consejos para gestionar esa situación
Sentirte mal por no tener prácticas no te ayuda a avanzar, pero sí puedes cambiar la forma en que enfrentas la situación. Aquí van algunos consejos para recuperar la calma y la motivación:
01.-No, no vas tarde (aunque lo parezca)
Cada carrera, universidad e incluso empresa tiene sus propios plazos. A veces, los procesos de selección se alargan o se abren en momentos distintos, y eso puede dar la impresión de que “todo el mundo ya tiene prácticas”, cuando en realidad no es así.
Además, no todos los estudiantes viven las prácticas a la vez: algunos empiezan antes por acuerdos con sus centros, otros hacen voluntariados o proyectos relacionados, y otros (que igual es tu caso) están esperando la oportunidad adecuada.
Lo importante no es ser el primero, sino llegar preparado.
02.-La trampa de la comparación
Las redes sociales no ayudan.
Te pasas el día viendo a tus compañeros, compartiendo fotos de sus despachos o contando lo bien que les va y lo que están aprendiendo, y claro, es fácil sentirte menos. Pero recuerda algo clave: solo muestran una parte de la historia.
La comparación constante desgasta. Te hace dudar de ti, cuando en realidad cada uno tiene su propio proceso. Si te descubres cayendo en ese bucle, párate un momento y piensa:
¿Qué estoy haciendo yo que me acerca a mis objetivos?
¿Qué puedo aprender de este tiempo de espera?
Centrarte en ti y en tu propio camino te devuelve la calma y la motivación.

03. Qué hacer mientras esperas tus prácticas
Vale, aún no has empezado tus prácticas, pero eso no significa que estés “parado”. Este es un momento perfecto para trabajar en tu desarrollo personal y profesional. Aquí van algunas ideas:
Mejora tu currículum y carta de presentación, puedes pedir a un profesor o a tu tutor que los revise contigo.
Investiga empresas o sectores que te interesen, esto es muy útil, cuanto más sepas, más fácil será elegir bien.
Haz cursos cortos o formaciones online, todo suma, verás cómo te ayudarán a aumentar competencias y destacar.
Participa en actividades de tu universidad, seguro que hay un montón en asociaciones, voluntariados, tutorías… a las que puedes acceder.
Prepara entrevistas, ensaya cómo hablar de ti y tus fortalezas, así estarás más seguro cuando llegue la oportunidad.
No se trata de llenar tu agenda sin parar, sino de avanzar poco a poco en lo que te ayude a sentirte preparado.
04.-Gestionar la presión (sin que te robe la energía)
La incertidumbre genera ansiedad, pero hay formas de aliviar esa presión y sobrellevarla:
Evita que sea monotema: Si en tu grupo de amigos todos están obsesionados con las prácticas, cambia de conversación de vez en cuando.
Haz pausas mentales: sal, camina, haz deporte, desconecta del móvil unas horas, …
Habla con un profesor o tutor: Ellos saben que es una etapa estresante y pueden orientarte.
Cuida el descanso: Dormir bien es clave, mantiene tu cabeza despejada y te ayuda a tomar mejores decisiones.
La presión no desaparece del todo, pero se vuelve más llevadera cuando te permites respirar y poner las cosas en perspectiva.

05.-Aprovechar el “mientras tanto”
Puede parecer que estás en pausa, pero este “mientras tanto” puede ser uno de los momentos más valiosos de tu carrera universitaria. Aprovecha para:
Conocerte mejor, piensa en qué tipo de ambiente laboral te gustaría, qué tareas disfrutas más, qué no soportarías hacer ocho horas al día, …
Reforzar habilidades personales, como comunicación, organización, empatía… todas ellas son igual de importantes que los conocimientos técnicos.
Explorar nuevas oportunidades, vale que no tienes unas prácticas aún, pero puedes colaborar en proyectos, asistir a charlas o empezar algo por tu cuenta.
06.-Cuando llegue tu momento
Y llegará, puede que más tarde que el de tus compañeros, pero cuando lo haga estarás muy preparado, porque todo lo que has hecho hasta ahora te sirve para afrontarlo con más confianza y madurez.
A veces, las oportunidades no llegan cuando queremos, sino cuando estamos preparados para aprovecharlas.
No tener prácticas todavía no te define como estudiante ni como profesional y mucho menos significa que vayas tarde ni que no valgas. Es solo una parte más del proceso, con sus tiempos, dudas y aprendizajes.
Sigue buscando, formándote, cuidándote y confiando en que el momento llegará. Porque ten por seguro que lo hará.
