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¿Cómo crear hábitos de estudio?

Un hábito es más que una respuesta repetida orientada hacia la consecución de una meta. Es una acción, consciente o inconsciente y sistemática producto de una motivación previa. Buena parte de las acciones diarias que realizas, provienen de los hábitos que has adquirido. Hacer ejercicio en un momento fijo del día, dormir las horas adecuadas, acudir con puntualidad a los compromisos, tener una rutina de higiene, son ejemplos de buenos hábitos.

Un hábito de estudio, se refiere a las acciones que acostumbras realizar para integrar nuevos saberes y para cumplir con tus asignaciones educativas. Los hábitos de estudio se van incorporando en la vida de un estudiante si se practican continuamente, hasta que los realizas con naturalidad. De allí la importancia de que adoptes la residencia universitaria ideal, en la que cuentes con las condiciones perfectas para crear hábitos de estudio.

Algunos hábitos de estudio

  • Mantener ordenado el material
  • Cumplir el horario estipulado
  • Utilizar técnicas de estudio
  • Consultar el diccionario mientras lees.

Por supuesto, hay hábitos indeseables, tales como:

  • Estudiar en último momento
  • Estudiar con hambre.
  • Hacerlo en ambientes incómodos, de poca luz, cerrados, ruidosos y sin haber descansado el tiempo necesario.

En la adquisición de los buenos hábitos de estudio, la comodidad es crucial para que alcances el estado de concentración necesario que te permita aprender más en menos tiempo
¿Cómo crear hábitos de estudio?

Crear hábitos de estudio es la clave para alcanzar  metas universitarias

El éxito académico no es un resultado obtenido exclusivamente por los estudiantes brillantes. Adquirir hábitos de estudio exige plantearse metas a corto plazo con disciplina, autocontrol y constancia. Una vez que los hayas adquirido, te desenvolverás con mayor confianza y eficacia al asimilar los nuevos aprendizajes. Crear hábitos de estudio es determinante para que mantengas un alto rendimiento académico y aquí te decimos cómo:

  • Utiliza siempre el mismo espacio al estudiar. De ese modo asociarás estudio y espacio hasta generar el hábito. Tener un lugar fijo para estudiar, aumentará progresivamente tu concentración y rendimiento. La concentración evitará que te distraigas con ruidos y otros estímulos de tu entorno (tv, móviles y similares).
  • Elige un espacio cómodo, agradable, iluminado y ventilado. Decídete por un lugar propicio para que te relajes y se te facilite el estudio.
  • Adopta una buena postura mientras estudias. De esta forma te sentirás mejor y tu cerebro se mantendrá oxigenado. Espalda recta, cabeza ligeramente inclinada hacia adelante, piernas en ángulo de 90o (aproximadamente), pies sobre el piso y antebrazos sobre el escritorio. El texto debe estar a unos 30 cm de tu vista.
  • Realiza descansos entre horas, para favorecer la circulación de tu organismo. Así podrás mantener la atención por más tiempo y tendrás mejor comprensión.
  • Elabora horarios para organizar tu tiempo. Realizar tus estudios todos los días a la misma hora predispone tu cerebro al aprendizaje, una vez se haya consolidado como un hábito.
  • Trázate metas para cada día, en función de lo que quieres lograr a mediano y largo plazo. Si estás consciente de tu deber del día, se te hará más fácil completar cada meta.
  • Mantén tu motivación. Haz algo que te agrade cada día, una vez que hayas conseguido cumplir con tu meta del momento, así que: consiéntete, prémiate. Hay actividades que te complacen, que mereces luego de cumplir con tu meta diaria o bien con tus metas de mediano y largo plazo. Haz un paseo que te agrade, una rutina de ejercicio, reúnete con quien desees… cada quien sabe lo que le gusta.
  • Incluye exposiciones orales de tus estudios. En tu rutina, acostúmbrate a expresar oralmente todo aquello que estés estudiando, como si se lo explicaras a otra persona. Elabora preguntas sobre los temas que estés estudiando y respóndelas sin el apoyo de otros recursos tales como libros o apuntes. Este hábito de exponer el tema a otra persona que bien puede ser un compañero(a) de estudio, favorece la comprensión y memorización. Te proporcionará un aprendizaje efectivo.
  • Evita atiborrarte de material de estudio. Demasiada información en poco tiempo puede abrumarte y reducir tu rendimiento. El cerebro asimila mejor en períodos cortos la información que estés aprendiendo.
  • Transforma tus errores en fortalezas. Revisa los errores que cometiste en asignaciones o exámenes. Analiza resultados o investiga la respuesta correcta, según sea el caso, para no repetirlos en el futuro. Además, comprender dónde y por qué te equivocaste fortalecerá tu memoria a largo plazo y te permitirá avanzar en los nuevos aprendizajes.
  • Pon en práctica lo que has aprendido. Complementa tus aprendizajes con ejemplos. Buscarle aplicación práctica, te ayudará a comprender y asimilar.
  • Crea grupos de estudio con otros compañeros que compartan tus metas, para intercambiar saberes y recursos de aprendizaje. La práctica de hacerse preguntas-respuestas sobre el tema que estén estudiando, es una manera efectiva de repasar. En los grupos de estudio se pueden resolver dudas al aprender de la experiencia de otros compañeros(as). Así que, pregunta si hay algo que no comprendas.
  • Sé organizado y puntual. Lleva tus apuntes ordenadamente, cumple tus horarios. Llega puntual a tus clases, presta atención y consulta tus dudas, ya sea con profesores, auxiliares y compañeros. Intégrate en la dinámica de la clase: participa preguntando o complementa las ideas de otros(as).
  • Utiliza técnicas de estudio convencionales. Elabora tu mismo(a), preferiblemente, resúmenes, esquemas, apuntes, subrayados, mapas conceptuales y mentales, cuadros sinópticos, gráficos y fichas. Recuerda que la máxima educativa reza “Se aprende haciendo”. El hecho de que los construyas tú, redundará en mayor comprensión y memoria a largo plazo.
  • Planifica el estudio. Elabora un calendario para el tiempo previsto. Toma en cuenta los periodos de alerta y de descanso en relación al tiempo con el que cuentas.
  • Duerme bien. Hazlo por unas 6 horas diarias. Si sientes cansancio en tu cuerpo, difícilmente aprenderás. Mientras duermes, el cerebro sigue trabajando. El descanso permite que el cerebro procese los aprendizajes del día. Por eso, cuando no resuelves un problema o cuando no comprendes una idea, es muy posible que lo hagas al día siguiente, después de un reparador descanso.

Crear hábitos de estudio requiere de perseverancia y repetición de las acciones que quieres fijar para ti como una rutina. Debe partir del reconocimiento de que es necesario para alcanzar tus metas. Depende de ti: se consolidarán en el tiempo, según tus decisiones.

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