La felicidad es definida como el estado de ánimo de una persona que se siente satisfecha por disfrutar de lo que desea o por gozar de algo bueno. El tema es realmente complejo, porque depende de cada persona el sentirse o estar feliz, y seguramente lo que para alguien es felicidad, para otra persona es cotidianidad o una meta inalcanzable por la cual no se permite ni siquiera soñar.
Los estudiantes de educación superior pueden ser felices en nuestra residencia universitaria, donde están las comodidades dispuestas para quienes deseen sentirse a gusto haciendo lo que les plazca. Hay personas que asocian la felicidad con la ausencia del dolor, y es porque, seguramente, han vivido largas etapas con alguna dolencia física.
Muchos autores ofrecen una larga lista de consejos para lograr ser felices; sin embargo, se debe considerar que el estado de ánimo de una persona obedece, en un 50%, a varios factores que quizás no se pueden manejar conscientemente, que son los rasgos de su propia personalidad, los cuales son heredados de mamá, papá, tíos, abuelos, mientras que el otro 50% está determinado por elementos sobre los cuales sí se tiene control, como puede ser las relaciones, la salud, los estudios, los intereses y aquellas metas que persigues.
Claves para lograr la felicidad
Es probable que para alcanzar la felicidad debas renunciar a una serie de hábitos que estén impidiéndote llegar a ese estado ideal. Es cuestión de analizar y concientizar esos hábitos o costumbres e irlos desechando progresivamente, y de considerar si en vez de buscar la felicidad a tu alrededor, busques dentro de ti todos esos factores que te impiden serlo y trabajar para superarlas.
En ningún momento asocies las compras con dicha o bienestar, pues esa alegría de una nueva compra, un nuevo objeto adquirido dura poco y de inmediato volverás a tu estado emocional cotidiano, y la única forma de recuperar esas sensación es volviendo a comprar algo nuevo, y ese bienestar no será de largo aliento.
- No permitas que el miedo al qué dirán te limite. Si estás dispuesto a probar hacer cosas que los demás no harán, posiblemente quienes te rodean hablen de ti de manera negativa, lo cual no debe representar motivo de inquietud, pues lo contrario sería que decidieras hacer lo que hacen los demás y evitar vivir tu propia vida complaciendo a los otros, lo que, inevitablemente te convertirá en una persona infeliz.
- Procura ser el último. Por lo general, todos quieren ser los primeros, pero, muchas veces, es mejor ser el último: el último en irse, en renunciar, en seguir intentándolo, en desistir en tus metas, valores y principios.
- Renuncia a la espera. Ya no esperes más por el momento apropiado, por las personas idóneas, el mercado correcto, el mejor trabajo y las cosas adecuadas. Quienes viven esperando ven pasar sus vidas sin penas no glorias. Aprovecha el presente, las oportunidades, herramientas y personas que estén en este momento en tu vida y emprende tú mismo el camino felizmente hacia tus metas.
- Vive el presente. Sabemos que es casi imposible sentir angustia por el futuro, por cómo nos veremos o dónde estaremos dentro de cinco o diez años, o viviendo y reviviendo el pasado como si tuviéramos la fórmula para cambiarlo. El aquí y el ahora que tanto se practica en el yoga debe ser una máxima para la cotidianidad, pues los tiempos pasado y futuro escapan de nuestro control. Empieza a aclarar tus dudas sobre cómo ser feliz en este mismo momento.
- Evita pensar en que no eres feliz. Imagina que en este momento alguien te quite todo lo que tienes, especialmente desde el punto de vista afectivo: tus padres, tus hermanos, tu pareja, tus hijos, tus amigos, o el trabajo, tu hogar, tu ciudad. Seguramente harías todo lo posible por recuperarlo y sentirías satisfacción al tenerlos de vuelta en tu vida, y, luego, entenderías que son esos afectos y esas cosas que tienes en estos momentos los que llenan tu vida y serán mucho más importantes que aquello que no tienes.
- No te compares con nadie. Evita esa práctica de cotejar o contrastar momentos, pareja, celebraciones, objetos, posesiones, pues ser feliz involucra aceptar que todos somos diferentes, así como las situaciones y momentos. Las diferencias y la diversidad hacen la vida interesante y promueven la identificación de nuevas metas y objetivos que nos mantendrán disfrutando del camino para alcanzarlas.
No ser agradecido es otra forma de mantenernos desdichados, pues estamos negando lo que tenemos, desdeñando las cosas sencillas sin las cuales no podríamos ni siquiera imaginarnos la vida, como poder caminar, ver, oler, sentir, oír, despertar, apreciar los eventos cotidianos y simples como la lluvia, el amanecer, el ocaso, el cielo despejado, la brisa, el mar. Enfoca tu atención en todo lo que tienes y procura no pensar en lo que no tienes, a menos que estas carencias te impulsen hacia nuevas metas con las cuales estarás satisfecho.
El Yellow Day
Se aproxima el 20 de junio, el día más alegre, feliz y optimista del año, según algunos psicólogos y meteorólogos, pues la fecha está asociada con la proximidad de las vacaciones y con los días de máxima luz solar.
El Yellow Day, tal como han descrito al 20 de junio, en contraste con el Blue Monday (tercer lunes de enero) por considerarlo como el día más triste del año, es uno de los días con más horas de luz al año, lo cual responde a las inferencias hechas por los psicólogos de que la luz mejora el estado de ánimo de las personas; además, el mes de junio trae temperaturas cálidas y agradables
La fórmula de la felicidad que de manera sencilla nos ofrecen los psicólogos es la sumatoria de días soleados, proximidad de las vacaciones, paga extra de verano (en algunos casos) y jornadas intensivas de verano, pues disponemos de más horas libres para disfrutar y permitirnos desconectarnos del trabajo, de las clases y otras obligaciones cotidianas, y centrarnos en lo que nos ofrece satisfacción.
Así que, a disfrutar del Yellow Day, a renovarnos de energía y a fortalecer las relaciones con las personas que nos brindan momentos de satisfacción.