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Fuerza de voluntad en los estudios

“Hay un a fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica, la voluntad”

(Albert Einstein)

Estamos de acuerdo.

La voluntad que tienes para conseguir tus objetivos es vital para lograrlos, pero es muy fácil perderla en el camino.

Es posible que el esfuerzo que supone sea superior al interés que realmente tienes de alcanzarlo.

Vamos a ver en este artículo qué es la fuerza de voluntad, y cómo puedes conseguirla y mantenerla durante tu etapa universitaria.

¿Sabes qué es la fuerza de voluntad?

Aquí podrás encontrar...

Es muy sencillo, en la capacidad que todos tenemos para decidir una opción entre varias.

La pones en práctica a diario.

Imagina que estás jugando un partido de baloncesto, pero sabes que tienes que dejarlo y volver a estudiar.

Debes decidir y, de las dos opciones, la que más beneficios te proporcione es por la que vas a decantar.

Pero no es tan sencillo, porque las dos situaciones te generan beneficio, solo que de distinta manera.

Tipos de beneficios que influyen en tu decisión  

Cualquier decisión que tomes te va a dar un beneficio, otra cosa es que sea el que necesitas en ese momento o el que más deseas.

Es diferente que lo quieras recibir ahora mismo o que estés dispuesto a esperar.

Se trata de retrasar la gratificación que vas a conseguir para alcanzar un beneficio mayor que si lo consiguieras de inmediato.

Es muy conocido el experimento que realizó el psicólogo Walter Mischel en 1960, con niños a quienes ofrecía la posibilidad de conseguir una golosina en ese mismo momento o dos si esperaban unos minutos sin comerla.

El beneficio es seguro, lo que debes elegir es cual de ellos prefieres, si estás dispuesto a esperar por conseguir unos mayor o más duradero

Son las dos posibilidades y debes elegir:

1.- Beneficios inmediatos

Los que te van a producir si decides continuar con el partido, en ese instante te lo están pasando bien, te diviertes y haces ejercicio con tus amigos, los estás sintiendo en ese mismo momento.

Igual con los niños, es el placer de no tener que esperar más para comerse la golosina.

2.- Beneficios a largo plazo

Los que te van a generar irte a estudiar, si lo haces, aprobarás el examen y es un beneficio que no vas a notar en este momento, por eso te resulta muy difícil decidirte por él.

Tu mente quiere sentirse bien ahora, no le vale con hacer algo que no tenga la sensación de inmediatez.

Son beneficios que tardan en llegar pero son más duraderos o mayores, por eso la decisión es tan difícil

En el caso de los niños, solo con esperar, tendrían más golosinas.

Cómo puedes conseguirla para tus estudios

La fuerza de voluntad es una continua toma de decisiones y, como tal, un gasto continuo de energía en nuestro cerebro

Conseguirla pasa por evitar a tu cerebro ese trance, que no tenga que decidir a cada momento, que no tenga que estar gastando energía continuamente.

Para eso es necesario construir hábitos.

Cuando consigues el hábito de levantarte cada mañana a una hora, de salir a hacer deporte y ponerte a estudiar, cada día, lo vas a hacer de manera instantánea, no necesitas pensar, no necesitas decidir nada.

Sencillamente, cuando llega el momento lo haces.

Estás ahorrando una cantidad de energía que, seguro, necesitas más adelante, vas a poder afrontar el resto de decisiones, solo porque no has gastado nada en acciones cotidianas.

Estudiar juntos

Ahora que la tienes, ¿cómo mantenerla?

Mantener la fuerza de voluntad pasa por continuar los hábitos que has ido creando y que te han facilitado el guardar la energía diaria para las decisiones importantes.

El problema es que no somos lo suficientemente racionales para conseguirlo, o por lo menos no tanto como creemos, necesitamos apoyarnos en otros factores.

No podemos confiar solo en ella, tenemos que apoyarla con condiciones externas favorables.

El ambiente es determinante

El ambiente en el que nos movemos influye en nuestra capacidad de mantener la fuerza de voluntad.

Debemos buscar uno que sea propicio para ello.

Rodearse de un ambiente tranquilo, con espacios al aire libre y sin ruido, va a ayudarte a crear esos hábitos que te ayudan a mantenerla.

Un ambiente en el que se propicien las situaciones que alientan el estudio, va a ser lo que te anime a hacerlo.

Son estímulos externos que te apoyan a la hora de tomar esas decisiones que no nos dan beneficios instantáneos.

Te va a ser más fácil decidir ponerte a estudiar si tu entorno lo favorece.

Es muy importante evitar cualquier distracción que dificulte tu objetivo, estar en un lugar oscuro, con ruido o con una temperatura externa no va a beneficiarte en nada.

Las personas que te rodean y su comportamiento

Eres la media de las 5 personas con quien más tiempo pasas, eso dicen.

Estar rodeado de otros como tú te pone en situaciones favorables para mantener esas rutinas de estudio que has conseguido, compartir experiencias y objetivos comunes es esencial en tu etapa universitaria.

Pasar estos años en una residencia conviviendo con otros estudiantes en tu situación, evita los momentos de desánimo o, en su caso, ayuda a superarlos.

“No tengo fuerza de voluntad, no lo voy a conseguir”

Seguramente estás equivocado, es que has trazado mal tus objetivos.

No siempre pensar a lo grande es beneficioso.

Las pequeñas metas ayudan a alcanzar las mayores.

Educar la fuerza de voluntad lleva un trabajo de persistencia, es algo gradual y constante.

Se trata de automatizar los hábitos diarios que son los que nos hacen perder energía.

Tener los objetivos claros, es vital, son a ellos a los que vamos a acudir en los momentos que necesitemos motivación para continuar.

Cuando tienes muchas dudas, es posible que hayas elegido un objetivo inalcanzable, baja el listón, apunta a un nivel menor y continua.

Se trata de avanzar, pero no tiene que ser de golpe.

Estudiante sin fuerza de voluntad

Evita ponerte objetivos inalcanzables

Lo primero de todo es tener el deseo de algo que nos ilusiona, pero no es suficiente, hay que querer hacerlo de verdad.

¿Realmente lo quieres conseguir?

Es muy probable que sí, pero no te des cuenta del esfuerzo que supone.

Claro que quieres aprobar tu carrera universitaria y dedicarte a la profesión que has elegido, pero el precio es lo que, a veces, no estás dispuesto a pagar.

Al decidir tu objetivo, no te has dado cuenta de lo grande que es.

Para eso hay una solución.

Ponte objetivos cercanos, que no te parezcan inalcanzables, que no te asusten.

Cuando empieces el curso, no organices tus estudios de una manera global.

“Este año  voy a aprobar el curso en junio, hacer deporte a menudo y visitar más a mi familia de vez en cuando”

Ver un objetivo tan grande, te va a frenar, tienes muchas posibilidades de fracasar.

Ponte pequeñas metas y cuando las consigas, aumenta la apuesta.

“Este trimestre voy a aprobar X asignaturas (si eliges cuáles, mejor que solo decir la cantidad, te centras más en ellas), hacer ejercicio (correr, nadar, bici, define todo lo que puedas) lunes, miércoles y viernes, y visitar a mi familia el primer fin de semana de cada mes”

Eso es algo que tu cerebro asimila, se ve capaz y lo consigue.

 

Ahora, ya sabes cómo puede ayudarte mantener la fuerza de voluntad durante su curso universitario, está en tu mano conseguirlo y en la Residencia Universitaria Monteprincipe te ayudamos a conseguirlo.

Tenemos este factor externo que necesitas y en que te puedes apoyar.

 

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