¿Biblioteca o habitación? Pros y contras de cada una

Estudiar en la universidad no siempre es posible, demasiada gente y demasiadas distracciones, así que tener un plan b, ese lugar ideal para ti donde puedes estudiar con tranquilidad durante horas, se convierte en prioritario.

Hay estudiantes que prefieren para esto la biblioteca, con su atmósfera silenciosa y sus mesas grandes, mientras que otros encuentran en su habitación el refugio perfecto para el aprendizaje.

Elegir el que es mejor para ti pasa por ver lo bueno y lo malo de cada una.

Estudiar en la biblioteca: el templo del silencio

Las bibliotecas universitarias son espectaculares: grandes salas llenas de libros, estudiantes concentrados y un ambiente que te dice: “aquí se viene a estudiar”. 

Y sí, hay para quienes es un entorno adecuado y el que pasan horas y horas estudiando, pero también puede ser que ese mismo ambiente te agobie y no seas capaz de pasar un minuto en él.

Ventajas de estudiar en la biblioteca

De sobra conocidas porque quien más, quien menos ya ha pasado largas jornadas de estudio en ellas, pero no viene mal recordarlas.

Silencio absoluto (o casi)

Si te distraes con facilidad, el ambiente de la biblioteca ayuda a enfocarte, la mayoría tiene zonas de silencio absoluto donde hasta un estornudo parece una explosión que se escucha hasta en el último rincón.

Menos distracciones

Estudiar en tu habitación a veces se convierte, en una trampa mortal: la cama te llama, el móvil está cerca y Netflix siempre tiene algo nuevo.

Por el contrario, en la biblioteca, la tentación de hacer otra cosa es mínima.

Recursos a tu alcance

Libros, revistas académicas y hasta compañeros que pueden ayudarte con dudas, estar rodeado de todo esto es una enorme ventaja.

Espacio amplio y ergonómico 

Si necesitas sacar tus apuntes, usar tu portátil y hacer esquemas, una mesa grande de biblioteca es mejor que el escritorio de tu habitación.

Ritual de concentración 

Desplazarte hasta una te pone en «modo estudio», puedes compararlo con ir al gimnasio que, una vez que estás allí, te sientes obligado a aprovechar el tiempo.

Desventajas de estudiar en la biblioteca

Igual, también las conoces, pero también merece la pena leerlas para que no se te olviden y puedas decidir con mayor claridad:

Puede ser incómoda 

Algunas sillas parecen diseñadas para torturar a los estudiantes, no puedes estar ni una hora en ellas, además si te gusta estudiar en pijama o en posiciones poco ortodoxas, entonces, no es para ti.

Horarios limitados 

No todas las bibliotecas están abiertas 24/7, lo que se convierte en un problema si estudias mejor de noche, tienes un horario irregular, o en épocas intensas de exámenes.

Ruido inesperado 

Aunque se supone que es un lugar silencioso, siempre hay alguien que susurra demasiado alto, tose sin control o decide abrir una bolsa de patatas con muy poca delicadeza.


Competencia por los mejores sitios 

En época de exámenes, conseguir un buen sitio en la biblioteca puede ser más que difícil: imposible si no estás allí a primerísima hora.

Estudiar en tu habitación: comodidad y personalización

Para muchos, igual para ti también, su habitación es el santuario perfecto para concentrarse.

Es tu espacio personal, donde hacerlo a tu manera y sin interrupciones externas, pero veamos, como antes, lo bueno y lo malo.

Ventajas de estudiar en tu habitación

Bueno, esto es “como en casa, en ningún sitio”, seguramente lo piensas, fíjate:

Comodidad absoluta 

Puedes estar en pijama, descalzo o incluso estudiar desde la cama si eso te funciona (aunque no es lo más recomendable para la postura y la concentración).

Personalización total

Puedes poner música si lo prefieres, tener snacks a mano y adaptar el espacio a tus necesidades, sin depender de las normas de la biblioteca.

Acceso 24/7

No tienes que preocuparte por horarios de cierre, si te funciona estudiar a las 3 de la mañana, nadie te va a echar, siempre que respetes a tus compañeros de habitación, si es que los tienes.

Mayor control del entorno 

Si en la biblioteca te molesta la iluminación, la temperatura o la gente, en tu cuarto puedes adaptar todo a tu gusto.

Flexibilidad 

Puedes estudiar en bloques más cortos, hacer pausas cuando quieras y moverte libremente sin sentirte observado, y sin el miedo a que dejes tu puesto y venga otro y lo ocupe.

Desventajas de estudiar en la habitación

Claro que no es todo de color de rosa, hay que tener en cuenta las cosas no tan buenas de estar en “tu mundo”, donde puedes hacer lo que quieras, algo, que a lo mejor, en ciertas situaciones como estas no es del todo bueno.

Demasiadas distracciones 

Tu cama, el móvil, la nevera, los compañeros de residencia llamándote para salir… la lista es infinita, digamos que son los mayores enemigos de un estudiante que necesita concentrarse.

Falta de separación entre estudio y descanso 

Estudiar donde duermes puede hacer que tu cerebro asocie ese espacio con el trabajo, afectando tu capacidad de relajarte y descansar bien.

Espacio limitado 

No todas las habitaciones tienen un escritorio amplio o buena iluminación, lo que perjudica mucho a tu comodidad y rendimiento.

Menos acceso a recursos 

No tienes libros académicos a la mano ni compañeros cerca para preguntar dudas, si los necesitas, has de desplazarte a donde están y ya si no lo has previsto, es una pérdida de tiempo a tener en cuenta.

Entonces, ¿cuál es mejor, biblioteca o habitación?

Depende de tu estilo de estudio y de lo que necesites en cada momento:

  • Si te distraes fácilmente y necesitas concentración absoluta, la biblioteca es tu mejor opción.
  • Si estudias más a gusto en un ambiente cómodo y personalizado, tu habitación es ideal.
  • Si necesitas recursos académicos físicos, la biblioteca te ofrece acceso inmediato.
  • Si prefieres estudiar a horas poco comunes, la habitación es la única opción viable.
  • Si te motiva rodearte de otros estudiantes concentrados, la biblioteca te ayudará a mantener el ritmo.

La combinación perfecta

La clave puede estar en usar ambos espacios según el tipo de estudio:

  • Usa la biblioteca para sesiones largas y profundas.
  • Estudia en tu habitación cuando necesites comodidad o hacer repasos rápidos.
  • Cambia de lugar si sientes que pierdes concentración.

Como último consejo: si decides hacerlo en tu habitación, trata de separar el área de estudio del área de descanso, y si apuestas por una biblioteca, lleva todo lo que necesitas para evitar interrupciones constantes.

En fin, no hay una única respuesta correcta, y siempre va a depender de ti, lo que sí es cierto es que lo primero es valorar el tipo de ambiente que más te ayuda, e intentar conseguirlo, ya sea en tu habitación o yendo a la biblioteca de la universidad o a otra que tengas cercana.

Si tienes dudas, prueba ambas opciones y descubre qué funciona mejor para ti.

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