¿Merece la pena irse de Erasmus? 

Igual te estás planteando en algún momento hacer un Erasmus (o conoces a alguien que está dándole vueltas), y por tu cabeza pasan un sinfín de emociones que se unen a los nervios y las dudas.

¿Será una experiencia inolvidable o un lío de papeleos y morriña?

 ¿Merece la pena realmente?

Te ayudamos a verlo con más claridad, aquí contamos los pros y contras, y algunos consejos útiles para sobrevivir (y disfrutar) al máximo de la experiencia.

Pero, … ¿qué es Erasmus?

Por si hay algún despistado: el programa Erasmus es una iniciativa de la Unión Europea que permite a estudiantes universitarios cursar una parte de su carrera en otro país europeo.

Normalmente dura entre 3 y 12 meses, y se puede hacer una vez durante el grado y otra en máster, además está bastante bien financiado: recibes una beca mensual que, aunque no lo cubre todo, ayuda un montón a tirar para adelante.

Lo bueno de irte de Erasmus (muy bueno)

Una de esas experiencias que te cambian la vida, así de claro, pero, por si acaso, aquí tienes los principales beneficios:

Mejoras (muchísimo) tu nivel de idiomas

Una cosa es estudiar inglés aquí, y otra es vivir en otro país y tener que pedir la cena, defender un trabajo en clase o encontrar una calle en una ciudad que desconoces.

En esas situaciones te sueltas a base de necesidad… y eso funciona.

Conoces a gente de todo el mundo

Tendrás compañeros de piso italianos, amigos de clase polacos, colegas de fiesta franceses… Erasmus es sinónimo de diversidad, y te permite abrir tu mente, hacer conexiones internacionales y, por qué no, amistades para toda la vida.

Te vuelves más independiente

Desde gestionar tu dinero hasta cocinar cada día o lidiar con trámites en otro idioma, vamos, que estás solo ante el peligro… pero aprendes a resolverlo.

Erasmus te curte.

Viajar se vuelve más fácil (y barato)

Estando ya en otro país, moverse por Europa es más accesible, muchos estudiantes aprovechan para hacer escapadas de fin de semana y conocer un montón de sitios sin gastar demasiado.

Cambias de aires académicamente

Puede que la universidad a la que vayas tenga asignaturas distintas, otra forma de evaluar, profesores de otro rollo… eso enriquece tu formación y te permite ver tu carrera desde otros puntos de vista.

Lo menos bueno (también hay que contarlo)

No todo es color de rosa, y es importante tener claras las partes menos románticas de irse de Erasmus para decidir con cabeza. 

Los trámites son un rollo

Desde rellenar todo lo que te piden hasta pedir las ayudas, cambiar asignaturas o convalidar créditos, el papeleo es un verdadero quebradero de cabeza que lleva su tiempo y, a veces, también una paciencia infinita.

La beca no cubre todos los gastos

La ayuda económica está bien, pero depende mucho del país al que vayas, porque hay ciudades donde el alquiler y la vida son muy caras (hola, Ámsterdam), y ahí igual necesitas ahorrar antes o buscar un trabajillo a tiempo parcial.

Puedes sentirte muy solo al principio

Al llegar, no conoces a nadie, todo es nuevo y puede dar vértigo, ten en cuenta que la morriña es real, pero que con el tiempo, y si te abres un poco, mejora (y vaya si lo hace…).

A veces, convalidar las asignaturas da guerra

Asegúrate bien de que lo que estudies fuera se te va a reconocer aquí, veces hay líos por asignaturas que no valen o te obligan a hacer algún trabajo extra al volver, vamos, que lo mejor es preguntar todo desde el principio.

4 consejos para elegir destino con cabeza

Si después de ver los pros y contras aún estás en el limbo, aquí van algunos consejos prácticos para ayudarte a tomar la decisión:

01. Elige bien el destino

No solo por la ciudad o el idioma, también por la universidad.

Mira si ofrecen asignaturas que te interesen, si es cara o barata, cómo es la vida universitaria allí…, en definitiva, no te dejes llevar solo por lo bonito del lugar, o por las decisiones que tomen tus compañeros.

02. Habla con gente que ya se haya ido

Nadie mejor para contarte cómo fue la experiencia que quien ya la ha vivido, si tienes la suerte de conocer a alguien, aprovecha y pregúntale de todo: desde cómo encontró piso hasta si realmente valió la pena o no.

03. Calcula tus gastos (con algo de margen)

Haz números, antes de tomar cualquier decisión, mira cuánto dinero te dan, cuánto cuesta vivir allí y si necesitarás ayuda extra, y ten en cuenta siempre un colchón para imprevistos, porque no lo dudes, los habrá.

04. Infórmate bien en tu universidad

Ve al departamento de relaciones internacionales y pregunta todo lo que necesites, cuanto más claro lo tengas desde el principio, menos sustos después.

4 consejos para disfrutar a tope tu Erasmus

Vale, ya lo tienes claro.

Te vas.

¡Qué emoción! 

Apunta estos consejillos para sacarle el máximo jugo a la experiencia:

01. Apúntate a todas las actividades

Las asociaciones de Erasmus suelen organizar fiestas, excursiones, clases de idioma…, es la mejor forma de conocer gente y empezar a hacer amigos desde el principio.

02. Aprende a cocinar (en serio)

Vas a echar de menos la comida de casa, mucho además, así que lleva tus recetas favoritas de mamá y aprende a cocinar por ti mismo.

03. Haz fotos, muchas

Vas a vivir cosas únicas, no olvides documentarlas, te va a encantar cuando pase el tiempo, y si luego haces un álbum (digital o físico), será un recuerdo brutal.

04. Mantén el contacto con los tuyos

Aunque estés lejos, tener contacto con casa, ayuda, no dejes de lado esos momentos para una llamada rápida a tus padres o un mensaje a tus amigos, son cosillas que te levantan el ánimo cuando todo “se te hace bola”.

Entonces, ¿merece la pena?

Sí, mucho, Erasmus no solo es estudiar en otro país, es crecer, abrir la mente, aprender de la vida y volver con una mochila llena de historias, amistades y recuerdos.

Tendrá momentos difíciles, eso seguro, pero también muchas risas, retos superados y experiencias inolvidables.

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