¿Buscas residencia para el próximo curso? Lo que debes tener en cuenta 

El final de curso se acerca, para bien o para mal.

Con él llegan los nervios por los exámenes… y también por todo lo que viene después. Si vas a empezar la universidad en otra ciudad o ya sabes que el curso que viene te toca cambiar de alojamiento, seguramente ya estás mirando opciones. 

Una de las opciones más cómodas, seguras y prácticas es vivir en una residencia de estudiantes.

Pero claro, no todas son iguales, y elegir la adecuada es esencial porque separa un año increíble de otro más complicado de lo necesario.

Aquí tienes todo lo que deberías tener en cuenta antes de elegir residencia, porque no se trata solo de tener un sitio donde dormir, sino de encontrar un lugar donde sentirte a gusto, hacer amigos y vivir bien.

La importancia de elegir una residencia

Cuando te vas a estudiar fuera, tu residencia se convierte en tu segundo hogar, donde vas a descansar, estudiar, convivir con otros estudiantes y pasar gran parte de tu tiempo libre. Así que no, no es una decisión que puedas tomar a la ligera.

Elegir bien desde el principio te ahorra muchos quebraderos de cabeza: desde sentirte más seguro y acompañado, hasta organizar mejor tu tiempo o adaptarte con facilidad a tu nueva vida universitaria. 

Por eso es tan importante parar un momento a pensar qué necesitas de verdad y buscar una opción que encaje contigo.

Elegir TU residencia (y no la de otro)

A veces, por las prisas o por dejarnos llevar, tomamos decisiones basadas en lo que hacen los demás: porque algún amigo va a esa, porque es la más conocida, porque está de moda… Pero eso no garantiza que sea la mejor para ti. 

Cada persona tiene su ritmo, su forma de estudiar, sus costumbres y su manera de convivir. Lo que a otro le encanta, a ti puede resultar agobiante o incómodo, y está en juego todo un año de tu vida.

Imagina que te das cuenta de que no has acertado cuando el curso ya está en marcha. Cambiar es complicado: encontrar plaza, papeleos, mudanza, perder parte del dinero que ya habías pagado,…  y todo eso mientras intentas adaptarte a una carrera nueva o al ritmo de estudios de ese año.

No, definitivamente no es el mejor momento para tener que improvisar un cambio de vida.

Por eso, antes de decidir, piensa en ti y en lo que necesitas de verdad

¿Prefieres una tranquila o una con más movimiento? 

¿Te importa compartir habitación o necesitas tu propio espacio? 

¿Valoras más tener un comedor o una cocina donde hacerte tus cosas? 

¿Te gustaría que organizaran actividades o prefieres ir más a tu aire?

En resumen: elige con cabeza, no por impulso. Porque esa decisión no es tan pequeña como te puede parecer ahora.

Los 6 imprescindibles de una residencia ideal

Una buena residencia no solo debe ofrecerte una cama y un techo. Hay varios aspectos esenciales que debes tener claros antes de decidirte. 

01.-Ubicación: que esté cerca… ¡pero también bien conectada!

Uno de los puntos más importantes al elegir residencia es la ubicación. Suena obvio, pero hay más de lo que parece.

Lo ideal es que esté cerca de tus clases o, al menos, bien comunicada por transporte público. A veces puede compensar una residencia un pelín más lejos si tiene buenas conexiones en metro, bus o cercanías.

También es buena idea fijarse en qué tienes alrededor: supermercados, farmacias, gimnasios, zonas verdes, bibliotecas. También si es una zona segura y claro, cómo de cerca tiene las zonas de ocio y el ambiente universitario.

02.-Tipos de habitaciones: ¿individual o compartida?

Otro punto clave es decidir cómo quieres vivir. Las residencias suelen ofrecer varias opciones según lo que busques (y también según tu presupuesto).

Antes de decidir, piensa qué te viene mejor:

Si eliges habitación individual

Entonces tienes privacidad y tranquilidad, es perfecta si necesitas mucho silencio para estudiar, además de que puedes tenerla a tu gusto.

Si eliges habitación compartida

Esta opción es más económica y una manera más rápida de conocer a gente y de aprender a convivir y compartir.

Algunas residencias también ofrecen habitaciones con baño privado o incluso pequeños estudios con cocina incluida. Piensa qué nivel de independencia buscas.

03.-Comida: ¿incluye pensión completa, media o ninguna?

Uno de los grandes puntos fuertes de muchas residencias es que te olvidas de cocinar y de hacer la compra, pero no todas funcionan igual, así que fíjate qué tipo de pensión incluye:

  • Pensión completa: desayuno, comida y cena incluidos todos los días.
  • Media pensión: normalmente desayuno y comida o cena.
  • Sin pensión: tú te lo guisas, tú te lo comes (y nunca mejor dicho).

Además de eso, conviene preguntar las opciones con que cuentan si sigues alguna dieta especial o si tienen alguna intolerancia o alergia alimenticia.

Por último, si no hay servicio de comedor, asegúrate de que haya cocinas comunes bien equipadas.

04.-Ambiente y convivencia: clave para una buena experiencia

La residencia no es solo un sitio donde dormir. También es un lugar donde vas a vivir con más gente de tu edad, compartir espacios, hacer amigos y (posiblemente) vivir alguna que otra aventura.

Por eso, te recomendamos informarte sobre el ambiente que se respira, si se organizan actividades para los residentes, si es muy grande o más familiar y acogedora, …, muchas veces puedes hacerte una idea leyendo reseñas o incluso contactando con alguien que haya vivido allí.

05.-Servicios incluidos: lo que marca la diferencia

A veces dos residencias tienen precios parecidos, pero una incluye muchísimos más servicios. Y eso, a la larga, se nota.

Te dejamos una lista de servicios que no debes olvidar preguntar si los incluye el precio:

  • Limpieza de habitaciones y zonas comunes.
  • Cambio de sábanas o toallas.
  • Wi-Fi (y si es rápido)
  • Lavandería o lavadoras a disposición.
  • Gimnasio, biblioteca o salas de estudio.
  • Zonas comunes para relajarse o socializar.
  • Seguridad 24 horas.

Cada persona valora unas cosas más que otras, pero conviene tener claro qué está incluido y qué no para evitar sorpresas.

06.- Y, por último, … ¡reserva con tiempo!

Las plazas en muchas residencias vuelan, especialmente en las más demandadas o en ciudades universitarias grandes. Por eso, si tienes claro que quieres vivir en una en concreto, no lo dejes para el último momento.

Lo ideal es empezar a mirar en primavera o principios de verano, y hacer la reserva en cuanto encuentres una que te encaje. Muchas permiten visitas previas o entrevistas online, así que no dudes en pedir una cita.

Cuanto más sepas de antemano, más tranquilo te quedarás con tu elección.

Un último consejo: no te conformes con lo primero que veas. Compara, pregunta, visita y elige la que más encaje contigo y con la experiencia que quieres vivir en la universidad. Recuerda que lo importante no es solo dónde vas a dormir, si no dónde vas a sentirte en casa.

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