Año nuevo, vida nueva… ¡y hábitos más verdes!
Una residencia universitaria ya de por sí es un reto al que te enfrentas alejado de tu familia, pero también lo es para mantener una vida sostenible, y el lugar perfecto para empezar a cuidar el planeta.
Con pequeños cambios, puedes hacer mucho por el medio ambiente, y lo mejor es que no estás solo: estás rodeado de un montón de compañeros con los que compartes experiencias e ideales.
Aquí tienes algunas ideas para empezar el año siendo más eco-friendly (y sin que te resulte un infierno).
La importancia de ser eco-friendly
Aquí podrás encontrar...
Cuidar el planeta no es solo una moda, es una necesidad, con el cambio climático, y la contaminación en aumento, cada pequeña acción cuenta.
Ser eco-friendly no solo ayuda a preservar los recursos naturales, también mejora nuestra calidad de vida y la de las futuras generaciones.
Vivir de manera sostenible es una forma de demostrar responsabilidad y compromiso con el mundo que nos rodea, por no hablar de que vas a ser un ejemplo a seguir para tus amigos y compañeros.
Para que te hagas una idea, incluso las acciones más pequeñas marcan la diferencia, por ejemplo, reciclar una botella de plástico puede ahorrar suficiente energía para encender una bombilla durante varias horas, apagar las luces al salir de una habitación, o usar menos agua al cepillarte los dientes, son gestos simples que, multiplicados por millones de personas, tienen un impacto enorme.
Recuerda que cada acción, por insignificante que parezca, suma en el esfuerzo colectivo por proteger nuestro hogar común: el planeta Tierra.
9 propósitos sostenibles para empezar
Empieza el año con propósitos sostenibles, verás como no solo te hace sentir mejor contigo mismo, sino que también te permite contribuir al cuidado del medio ambiente.
Son esos pequeños cambios en tu día a día, con un gran impacto, que te dejamos aquí para que no se te olvide ni uno solo.
01.-Reduce, reutiliza y recicla (en ese orden)
La regla de las tres erres no es nueva:
- Reduce, antes de comprar algo, piensa: ¿de verdad lo necesito?, verás como dejas de acumular cosas que acabarán en la basura en un par de meses.
- Reutiliza, da una segunda vida a tus cosas, piensa es esos tarros de cristal como perfectos para guardar snacks, especias o incluso úsalos como vasos, en vez de ir directos a la basura.
- Recicla, averigua cómo funciona el reciclaje en tu lugar de residencia, ¿hay contenedores separados?, si no, ponte con ello y habla con la dirección para que lo implementen (además quedarás como alguien supercomprometido).
02.-Adopta el minimalismo
¿De verdad necesitas cinco pares de zapatillas o veinte camisetas casi iguales?
El minimalismo no solo es bueno para el planeta, también para tu bolsillo y el espacio limitado de tu habitación.
Haz un propósito de consumir menos y mejor: ropa de segunda mano, libros digitales o compartidos, gadgets solo si son esenciales, …
03. Ahorra energía en modo experto
Los enchufes son tu mejor amigo: cargadores, luces LED, ordenadores, secadores…, vale, pero es momento de ser un poco más consciente.
- Apaga lo que no uses, la regleta con interruptor es tu mayor aliada, con un solo clic te olvidas de ese consumo “fantasma”
- Luz natural y LED, aprovecha al máximo la luz del día y cambia las bombillas de tu habitación a LED si puedes (gastan menos y duran más).
- Baja la calefacción, vale que estamos en pleno invierno, pero no necesitas estar en manga corta en la habitación, usa una manta cómoda y abrígate antes de subir la calefacción al máximo (serás sostenible y te ahorrarás resfriados)
04. Reduce el plástico
El plástico de un solo uso es un problema, pero puedes ayudar a que disminuya fácilmente, basta con llevar tu propia botella reutilizable, además de ahorrar, te vas a ver espectacular porque las hay geniales, con diseños para todos los gustos.
Siempre que tengas oportunidad apuesta por cubiertos, platos y táperes reutilizables, olvídate de “vajilla” desechable, y por último compra a granel, frutas, frutos secos o pasta, si llevas tus propias bolsas reutilizables evitas el exceso de embalaje que termina como un desperdicio más.
05. Cocina en equipo y evita el desperdicio de comida
¿Cuántas veces has tirado restos porque te pasaste al cocinar?, hay que cambiar eso.
Organiza cenas en grupo, en tu residencia o universidad para aprovechar lo que todos tienen, y evitar que la comida acabe en la basura, fíjate que es una excusa perfecta para socializar y conocer gente nueva
06. Transporte sostenible, sin duda
Si tu universidad está cerca, olvídate del coche y apuesta por la bici o caminar, porque son todo ventajas.
Si vives algo más lejos, los transportes públicos son una opción sostenible (y más barata).
07. Sé creativo con la decoración
Decorar tu habitación puede ser eco-friendly y divertido si en lugar de comprar todo nuevo, buscas cosas recicladas, manualidades o incluso plantas (dan vida y limpian el aire).
Si no tienes mucha mano para las plantas, empieza con cactus o suculentas, que son casi indestructibles, luego, poco a poco, te puedes animar con otras algo más “delicadas”
08. Participa en iniciativas verdes
Desde talleres de reciclaje hasta jornadas de limpieza del barrio, no solo ayudan al medio ambiente, sino que también son una forma de conocer gente y hacer algo bueno por la comunidad.
En caso de que tu residencia o en tu universidad no tengas organizadas actividades de este tipo, proponlas tú, igual solo hace falta que alguien dé el primer paso.
09. Cuida el agua como si fuera oro
Ducharse en invierno es un placer, es cierto, pero intenta no pasarte media hora bajo el agua caliente, usa un temporizador o cántate dos canciones y listo.
Por otro lado, reutiliza la que queda al lavar frutas o verduras para regar tus plantas (una vez que compruebas que el cactus no se te muere).
Ser sostenible también se contagia, así que ponte con ello: comparte tus pequeños logros en redes sociales o con tus compañeros, verás cómo en poco tiempo se te ha creado un grupo concienciado, y todo es mucho más divertido
No hace falta que cambies tu vida de la noche a la mañana, con unos pequeños pasos, dándolos despacito, sumas y, en muy poco tiempo, te darás cuenta de que estos hábitos no solo benefician al planeta, sino también a ti.